viernes, 10 de febrero de 2017

La soledad me encontró despierto.
No es ninguna desgracia.
Es solo que nadie quiere ser descubierto:
más en estos tiempos donde no hacer nada es ofender mucho.

La noche se desliza por el sofá
hastiada de esta sencillez translúcida.
Al espejo le gustaría derretirse y olvidar
su compostura de guardia suizo.

Ni esperando ni actuando,
yazco como un acto reflejo
esperando mi momento fundador

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